[ ... y todo parece ser cuestión de espectro (s) y de electromagnetismo, de su relación; relación que ya no es misteriosa, casi. Y este casi es el que abre la puerta a una nueva relación entre la materia, como la percibimos (en parte) y la luz, como la percibimos, también (por otra parte).
En ADV la intensidad de la luz, su adición espectral, y su relación con el color de mesas y sillas... de los cuadros en las paredes y de las paredes mismas (su resto -lo sustractivo-) se tratan de amalgamar para crear una sensación, la percepción en primer lugar, de neutralidad y de todo material y radiante. Un aprisionamiento de los objetos, de la realidad misma, a través de una tensa ligazón triádica entre luz, materia y percepción. Tensión electromagnética... fotones que todo lo unen e iluminan cegando el espacio: todo es luz, antes o después. No sé si polvo. Sí un continuo de energía radiante en la que nos sumergimos, o a la que somos arrojado, en busca de una sensación verdadera que no es tal nunca. Empezando por ahí la realidad sólo puede ser una tremenda ficción, un holograma doloroso ]
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