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sábado, 16 de noviembre de 2013

[ MESAS + SILLAS + VENTANAS + ESTANTES... ] consideraciones previas.

[ A la búsqueda de un proyecto desde ADVERSIDAD a través de  DESPUÉS DE LA FIEBRE DEL ORO ]

Después de analizar mi trabajo con cierta profundidad (al menos con intención de profundidad [ver esto] aún quedaba una posible pregunta por responder... Pero he desconocido la pregunta hasta que ADVERSIDAD se ha vuelto a cruzar en mi camino.
Consideré que muchas preguntas encontraban respuestas, aproximaciones desde mi criterio y modo crítico de investigación, cuando establecí un modelo de generación y configuración del supuesto objeto artístico en tanto que artilugio alegórico que lo incrustaba dentro del campo expandido de la retórica, la semiología, y por supuesto la poética (además de ser retroalimentado desde otras muchas áreas de conocimiento humano). Pero la pregunta que no me planteé personalmente era, quizás, la más básica: Por qué una serie de objetos o utensilios eran tan insistentes en mi producción estética de sentido desde casi el principio de la misma? Este sencillo y simple por qué ha retumbado ahora al dirigir mi mirada hacia ADVERSIDAD con motivo de la inclusión de otra pieza mía dentro de la colección del MNCARS (Don de Lágrimas -Nuestra Sra. de la Oliva. 1991) en MINIMA RESISTENCIA.

La razón de este reencuentro con ADVERSIDAD es simple. Yo esperaba que la pieza que iba a ser incluida en la muestra era ADVERSIDAD, que ya formaba parte de la Colección, y no DON de LAGRIMAS, que resultó ser una nueva adquisición del Museo a la galería Estrany-De la Mota.

Esta circunstancia es la que hace que comience a pensar en qué había sido de la pieza y en qué condiciones se encontraba dentro del Museo (en perfectas condiciones, por cierto -hablé con la conservadora de escultura y fue tan amable de proporcionarme  una copia de toda la documentación que en su momento yo aporté). También es una de las causas para una nueva aproximación a este trabajo y de la olvidada (quizás forcluida) pregunta en torno a la reiterada aparición en mi producción de los objetos que antes mencionaba... y por qué estos objetos en su última aparición (ahora sé con total seguridad que se trata de la última) surgían de una reflexión profunda tal y como pretende ser DESPUÉS de la FIEBRE del ORO.

Ya en su momento ADVERSIDAD incluía estos objetos: mesa, silla, ventanas... la estancia misma y cuestiones referidas a la luz, radiación de los propios objetos -absorción y reflexión de la luz... pero también pulsión del propio objeto que aflora en color_síntoma) Pero los mismos objetos venían de atrás, junto con los estantes y chimeneas; junto con los trampantojos de notas enmarcadas o los libros asolados. Sin embargo en ADVERSIDAD esta insistencia, la permanencia y persistencia de estos objetos en el tiempo (casi 20 más tarde) no estaba anunciada (Ni pude, ni supe y tampoco me preocupó ver más allá y hacer planes).

Eran, todos estos objetos-utensilios, necesarios para expresar mi relación con un profundo sentido de levedad, perdida y sobrecogimiento; con mi inquebrantable fe (de ahí el devenir de los cuadros en cruz, y viceversa -su desterritorialización: orquídea / abeja) con el quehacer entretenido del espíritu melancólico; con el agotamiento del mismo y su voluntad transmisora de matices y jirones de conocimiento acumulados, como Kant, sin salir de Könisberg, o los cautivos de Longjumeau de Leon Bloy: estos objetos me rodeaban (nos rodean), aún lo hacen, presentándose como herramientas básicas de recogimiento y reflexión. El Ángel de Durero está en pleno descampado y sus útiles son ya máquinas de la razón, herramientas avanzadas que permiten un conocimiento anhelante de precisión, de respuestas que generen más máquinas; máquinas re_desveladoras todavía más precisas.

En mi caso, salvando tantas cosas, los útiles, los artilugios, son más básicos, acaso ni máquinas (aunque está claro que lo son, ahora resultan unas máquinas otras, han sido devastadas y aparentemente superadas por la complejidad y la precisión del esfuerzo titánico de la tecnología) son modestos ejemplos de la Técnica... de aquello que en algún momento entroncó con lo Arte (y a continuación con lo trans, desde lo antropológico hacia lo científico) y que ahora pueden tener el virtuoso atributo de ofrecerse al des-artista para su des-arte: se enclavan, estos modestos ejemplos, en la realidad difuminando todo límite... ayudando a que vida sea igual arte y viceversa_casi.

Pero también las estancias y la luz, las baldas que soportarán la acumulación de todo lo encontrado, de aquello que está en fase de ser estudiado, disfrutado, diseccionado y vuelto a acumular o dispuesto para la diseminación, estancias, escribía, en las que estás básicas máquinas son alojadas en la obscuridad a la espera de la luz, de cualquier luz (de la suya propia: su radiación electrolítica); a la espera de la presencia humana y sus necesidades.

Trataré, para finalizar este nuevo largo post nada concluyente, de fijar, de nuevo, la simple pregunta que planteaba al principio:
           Por qué una serie de objetos o utensilios eran tan insistentes en mi producción estética de sentido desde casi el principio de la misma?
           Porque son herramientas básicas de conocimiento. Partículas básicas de una gramatología que podría no existir sin ellas.
Como un cuadro es ventana, quizás; como una escultura es silla o mesa, quizás; como una puerta (lo único que no he pintado y que he descubierto en este proceso de re-encuentro y reflexión como necesario para acabar un frugal y enjuto proyecto pictórico que, insisto, marca el fin de un trabajo, de una tarea, apoyada en la pintura, pero que abre (la puerta) nuevas investigaciones y nuevos medios)... decía: como una puerta es pintura y es escultura, quizás.
Cómo todo es resto de algo tal vez logrado. Al menos intentado:

  • Lo incesante del solicitar y lo retenido de lo que salva pasan uno al lado de otro como, en la marcha de los astros, la trayectoria de dos estrellas. Ahora bien, este pasar uno al lado del otro es lo oculto de su cercanía.
  • Si dirigimos la mirada a la esencia ambigua de la técnica, avistaremos (descubriremos con la mirada) la constelación, el curso estelar del misterio.
  • La pregunta por la técnica es la pregunta por la constelación en la que acaecen de un modo propio el hacer salir lo oculto y el ocultamiento, en la que acaece de un modo propicio lo esenciante de la verdad.
Martin Heidegger. La pregunta por la Técnica.

Por qué nos atraen los objetos???

Por qué todo es objeto??? o casí (el investimento de la imagen especular y su resto).


Esto no es punto de partida. Aquí las líneas se cruzan y hacen punto (final de algo y mantenimiento de la tensión general)

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